Una de las cosas que siempre pongo en mi maleta son las zapatillas de deporte, y en nuestro viaje a Miami en 10 días no faltaron. El día de antes de ir a ver los Cayos de Florida me calcé las zapatillas y desde el hotel de Miami en el que estábamos me fui a correr por South Beach.
¿Qué os puedo contar de la experiencia? Empecé a correr entre la 17th y la 18th Street donde estaba mi hotel por la playa hacia el sur. Continué entre Ocean Drive (donde podéis ver muchos de los edificios Art Deco de los que os hablé hace poco) y el Lummus Park, donde podéis ver a muchos miamians o miamenses ejercitando el culto al cuerpo.
Luego continué hacia Marjory Stoneman Douglas Ocean Beach Park y por la playa hasta el último parque, que está muy bien y en el que, muy cinematográficamente, pude ver como grababan un anuncio de televisión.
Finalmente llegué al punto más al sur, el South Pointe Park Pier. Justo en frente de la super privada y elitista Fisher Island (La misma de la que nos habla Tom Wolfe en Bloody Miami, aprovecho para recomendar este libro, una gran lectura previa al viaje a Miami).
Hasta aquí todo fue bien, porque corría una leve brisa. Pero al volver hacia el norte todo se complicó, yo tenía la misma velocidad que la brisa, así que mi sensación era de que el aire estaba completamente parado, con una humedad relativa de entre del 80% y el 90% y más de 34º C a la sombra, pero yo estaba haciendo running al sol, porque muy hábil por mi parte, decidí correr en Julio de 11 a 12 de la mañana.
En total corrí poco, 5,58 millas, pero pensaba que no iba a poder volver, tuve que meter la cabeza debajo de cada una de las duchas que me encontré de camino. ¿Os animarías vosotros?
Lo dicho, la experiencia del running en South Beach de Miami fue dura, aunque la volvería a repetir.