torres del paine patagonia

La etapa reina de nuestro viaje a Torres del Paine: Refugio Los Cuernos, Valle Francés, Mirador Británico, Refugio Paine Grande.

El gran día. Esta es la jornada realmente importante en la W del Paine. El valle Francés y su mirador hacia el glaciar Francés son partes muy importantes del trayecto, pero el mirador Británico es el punto más importante de todos; desde el se puede acceder a una vista de 360º sobre todo el macizo del Paine. La jornada será larga, pero todo merecerá la pena si el Mirador Británico ofrece lo que promete.

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Amanece en la Patagonia

Desayuno muy temprano y a las 7 de la mañana ya estoy caminando en dirección al campamento francés. Atravieso primero el camping de Los Cuernos; las vistas son impresionantes, mientras avanzo en un continuo sube y baja. Hacia la derecha tengo vistas de los Cuernos, con su cuerpo de color gris claro formado por granito, mientras la cima, formada por materiales sedimentarios, es oscura. Hacia mi izquierda se abren maravillosas vistas de la costa del Lago Nordenskjold, con playas de cantos rodados también de colores gris claro y oscuro, y una aquí bastante espesa vegetación.

Algo más adelante veo una llamativa cascada, de gran altura, entre los cuernos, y poco después alcanzo el riachuelo torrencial que se origina en la cascada y drena en el Lago. Minutos más tarde llego a unas edificaciones cubiertas de láminas de plástico transparente, parte de las instalaciones del campamento Francés, en el que no me detendré.


Sigo adelante y al poco encuentro un cartel con el trazado de la ruta, que me avisa de que ya llevo recorridos 3,5 km y he superado un desnivel de 125 metros, en varios tramos, que aumenta naturalmente si tenemos en cuenta las bajadas habituales tras cada subida; mientras la senda gira hacia la derecha, la vista al frente está cada vez más dominada por el Cerro Bariloche, parte del Paine Grande. Cruzo el río Francés sobre un puente en mejor estado que otros que he visto antes, y poco después llego al Campamento Italiano, dos casuchas de madera con un retén de la CONAF y un camping; frente al barracón principal hay una superficie de tablas, encima de las cuales los senderistas que suben a los miradores superiores dejan sus mochilas, protegidas se supone por los oficiales forestales (uno de los empleados del refugio de Los Cuernos lo veía de otra manera: según el, nadie se llevaría dos mochilas de este lugar, ya pesa bastante la propia).
Ya he hecho la primera, y más corta, de las ramas de la Y que configura el itinerario de hoy; a la izquierda del campamento un largo puente colgante permite cruzar sobre el río Francés, para continuar camino hacia la Guardería Pehoe, pero eso será más tarde. Ahora hay que seguir adelante para ir a disfrutar de las impresionantes vistas de los miradores que están por delante y del trayecto en general.
El bosque de lengas por el que camino tiene claros ocasionales, que me permiten ver el cercano río Francés, las cascadas de agua que surcan la montaña y los vecinos glaciares. Uno de ellos tiene una lengua glaciar que corre paralela al río Francés, a muy poca distancia, pero la mayor parte son glaciares casi verticales, que aquí corresponden sobre todo a las cimas vecinas y a la propia cima principal del Paine Grande, del que se tiene una vista maravillosa desde el Mirador Francés; aquí me detengo un rato, escuchando cada poco el inconfundible ruido que producen los movimientos del hielo y las avalanchas que se forman por el desprendimiento ocasional de grandes bloques de ese material.

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Superado el Mirador Francés, sigo por el bosque de lengas, en un camino cada vez más empinado, en el que es frecuente encontrar arroyos y pequeños barrancos, que en muchas ocasiones se salvan gracias a troncos o maderos dispuestos al efecto, y menos veces por puentes no necesariamente en óptimo estado. Comienzan a aparecer, tras Los Cuernos, las Torres del Paine, que no pude ver por la niebla dos días antes desde el Mirador Base de las Torres. Cuando al final de una extensión de piedras sueltas, que llegan a ser de gran tamaño (caos de piedra), por lo que hay ocasionales puntos de pequeña trepada para mayor seguridad, se llega al Mirador Británico, las vistas son increíbles, maravillosas, excepcionales,…, escoja Ud. mismo el término que prefiera.

La belleza de este lugar es casi asfixiante, realmente es difícil imaginar un paisaje de montaña más bello, aunque todo el trayecto por el valle Francés ha sido impresionante. Las fotografías, y en particular las panorámicas, explican todo lo que la palabra tal vez no alcance a transmitir. Sentarse un tiempo y disfrutar del paisaje es uno de los grandes placeres del senderismo, y aquí es aún mayor.


Pero no es posible, ni conveniente, quedarse mucho tiempo en este lugar, así que tras un buen rato de contemplación del entorno, inicio el regreso, desandando el camino hasta llegar de nuevo al Campamento Italiano. Recupero mi mochila (ahora bajo un buen montón de mochilas de visitantes más tardíos), como y bebo algo, y me dirijo al puente colgante, que atravieso para pasar a la otra orilla del río Francés y seguir camino hasta la Guardería Pehoe y el Refugio Paine Grande.


El camino es más suave y el paisaje se vuelve cada vez más desértico; los bosques de lengas desaparecen y el matorral se adueña del terreno, con frecuentes arroyos y terrenos inundados cuanto más abajo estamos, por lo que encontramos en muchas ocasiones pasarelas de madera, o incluso algunos puentes y escaleras del mismo material. Las lagunas aparecen aquí y allá, siendo la de mayor tamaño la Laguna Scottsberg, ya cercana a el Refugio Paine Grande, al que por fin llego hacia las 5 de la tarde.

Ha sido una jornada larga, casi 10 horas caminando, de sin igual belleza; el desnivel acumulado ha sido también alto. No ha habido puntos de especial dificultad técnica, pero es inevitable considerar que para la mayoría de las personas, aquellas con poco entrenamiento y una forma física no óptima, esta ruta debe ser considerada dificil, pero es una ruta tan maravillosa… . Sólo por ella estaría justificado venir al Paine, imaginen si además unimos lo visto en los días restantes…