Como comentamos en el artículo de Los Voladores de Cuetzalan, quedan pocos lugares donde se conserva esta tradición. Hoy queremos contaros algunas de las curiosidades. En la parte superior de la escalera hay pequeña base de madera y una especie de «pivote» giratorio. Una vez arriba, el caporal toca un tambor y una flauta, a la vez que realiza una danza. Los cuatro voladores -que representan los puntos cardinales– se atan una cuerda a la cintura y saltan al vacío boca abajo, afianzándose únicamente con las piernas.
Su vuelo simboliza la caída de la lluvia, por la cual se originó este impresionante ritual. Girando el pivote superior, el caporal les va dando cuerda para bajar, para lo que siempre se emplean 13 vueltas alrededor del palo (13 x 4 = 52: los años de un ciclo en el calendario indígena).
El palo empleado para el ritual se obtiene sólo de tres tipos de árbol diferentes. En el rito del corte se hace una ceremonia para pedir perdón al bosque por tomar la vida de uno de sus seres y se le hacen ofrendas mientras los voladores bailan alrededor del árbol. El caporal inicia al el corte con el hacha y el resto de danzantes le sigue, participando finalmente toda la comunidad. Según la tradición, el palo ha de ser trasladado hasta el lugar donde se «siembra» sin tocar el suelo. La instalación y arreglo del palo también va acompañada de música.
Promovido como pueblo mágico por la oficina de turismo local, Cuetzalan es una pequeña población de unos 6000 habitantes localizada en la Sierra de Puebla. Los voladores, sus empinadas calles y su increíble plaza, entre otros, lo convierten en uno de los lugares más auténticos y recomendables de cuantos he visitado en México. Situado a más de 900m de altitud, este lugar sólo es accesible por una estrecha carretera llena de curvas… pero cuyas vistas merecen sin duda la pena.
Pero esto no es lo único que Cuetzalan tiene para ofrecer al visitante. A pocos kilómetros del pueblo pueden visitarse cuevas (Atepolihui, Chapultepec o Chivostoc), varias cascadas (El Salto, Las Brisas, La Liana, El Tobogán, Las Tres Caídas) y unas pirámides muy impresionantes (complejo arqueológico de Yohualichan, de la época totonaca).
La comida poblana merece un artículo aparte. Desde este blog de viajes os recomendamos que probéis el pollo con mole, una salsa de origen indígena que combina distintos tipos de chiles, especias y cacao: realmente delicioso!
Y por último dos fotos del viaje
Aquí puedes ver más detalles de nuestros viajes por México, como Sian Kaan en la Riviera Maya o Chichen Itza, desde Cancun.
Las fotos y el artículo son de nuestro viajero y fotógrafo Gonzalo Suardiaz alocai.
Como siempre, provocando las ganas de viajar. ¿Quién no desearía encontrarse ahí en estos momentos? Gran post…
Yo los vi una vez, creo que en DF…Me gusta tu blog, volveré. Gracias