Hay quien se refiere a Estocolmo como «la Venecia del Norte», pero para mí ese calificativo (compartido, por cierto, con otras ciudades como San Petersburgo, Amsterdam, Copenhague o Hamburgo), no le hace justicia. Sin duda Venecia es una ciudad fascinante… pero Estocolmo no tiene absolutamente nada que envidiarle a «la Serenissima», ni a ninguna otra ciudad del mundo.
Construída sobre 14 islas -unidas por 57 puentes- la relación de Estocolmo con el agua es innegable. Estocolmo es el nexo de unión del Lago Mälaren (5m sobre el nivel del mar) con el Mar Báltico, algo que se hace a través de una esclusa (Slussen). Esas aguas que bañan sus islas sirven para nadar, hacer kayak o pasear en velero en verano… pero a su vez sirven para caminar, patinar o esquiar en invierno, cuando se congelan. Un cambio dramático pero que realmente merece la pena experimentar.
Si bien el invierno presenta una cara fascinante y exótica de la ciudad, desde este blog de viajes recomendamos hacer turismo en Estocolmo entre los meses de mayo y agosto -especialmente en junio-, cuando los días tienen una duración casi continua y la temperatura es extremadamente agradable (alrededor de los 25 grados). La primavera y el otoño son estaciones cortas, pero igualmente fascinantes, con multitud de colores y una luz realmente especial.
Además de museos de clase mundial (como el Vasa, Skansen, el Nobel o el de Arte Moderno) y de una agenda cultural exquisita (con multitud de conciertos, teatros, musicales u óperas), Estocolmo posee una cualidad que la distingue de cualquier otra gran ciudad del mundo: su increíble conexión con la Naturaleza. No importa en qué zona de Estocolmo te encuentres, nunca estarás a más de 15 minutos del mar, de un bosque o de ambos. Es sencillísimo girar dos esquinas y pasar a estar completamente aislado del ruido del tráfico. En ninguna gran ciudad que haya visitado hasta ahora he podido comprobar esa conexión tan directa con la Naturaleza, que la gran mayoría de los suecos sienten como suya.
A este hecho podemos unir otro realmente especial, y es que a escasos kilómetros de la capital se encuentra el Archipiélago de Estocolmo. Dicho archipiélago está constituido por más de 24000 islas (en su gran mayoría recubiertas de bosques) y es uno de los lugares de escape de los «holmienses» (gentilicio de Estocolmo), muchos de los cuales poseen una casa de madera (siempre de color rojo) en alguna de las islas.
Si viajas a Estocolmo te recomendaría que no te perdieras, además de las archiconocidas islas de Gamla Stan (la «ciudad vieja», donde se encuentra el Palacio Real; aquí se fundó Estocolmo en 1252), Kungsholmen (la «isla del Rey», donde está situado el impresionante ayuntamiento), Södermalm (la isla del sur, más conocida por su ambiente «hippy» y de fiesta) o Djurgården (la «granja de animales», donde se encuentra Skansen), otros sitios menos turísticos como el castillo de Ulrikdsal, Drottningholm, Hagaparken, Djursholm o el «cementerio del bosque», Skogskyrkogården.
Por último, si tenéis pensada una escapada a esta preciosa ciudad, os recomendamos que echéis un vistazo la página de FB de Visit Stockholm, oficina de turismo de Estocolmo. En dicha web podréis encontrar fotos nuevas de Estocolmo cada semana, información de interés sobre eventos de actualidad (conciertos, ferias, exposiciones, eventos deportivos, fiestas locales, etc…), así como muchas curiosidades y anécdotas sobre la ciudad. Información muy práctica y recomendable de cara a planear una visita.
Las fotos y el artículo son de nuestro amigo y fotógrafo Gonzalo Suardiaz alocai.